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Consideraciones al tasar una casa vs. un departamento
Cuando llega el momento de tasar una propiedad, muchas personas creen que se trata simplemente de medir metros cuadrados y comparar precios de mercado. Sin embargo, la realidad es bastante más compleja. Existen múltiples factores que influyen en el valor final de un inmueble, y esos factores pueden variar significativamente según se trate de una casa o de un departamento.
En el mercado inmobiliario de Rosario, donde conviven barrios residenciales tradicionales con una gran oferta de torres modernas en crecimiento, estas diferencias se vuelven aún más visibles. Entender cómo se determina el valor de cada tipo de propiedad no solo es útil para quienes desean vender, sino también para quienes están en proceso de compra y buscan comprender si la tasación que reciben es justa.
El valor de la ubicación
En ambos casos, la ubicación es el punto de partida y probablemente el aspecto de mayor peso en la tasación. Sin embargo, su impacto puede diferir. En una casa, la zona define la calidad de vida: tranquilidad del barrio, accesibilidad a centros educativos, espacios verdes y seguridad. En un departamento, además de lo anterior, entran en juego cuestiones como la cercanía a arterias principales, medios de transporte y polos comerciales, que inciden en la demanda y, por lo tanto, en el precio.
Espacios y funcionalidad
Otro factor central es la distribución de los ambientes. Las casas suelen destacarse por ofrecer mayor superficie cubierta y descubierta, patios, terrazas o jardines. Estos espacios, que permiten un estilo de vida más flexible y familiar, incrementan notablemente su valor. En cambio, los departamentos priorizan la practicidad: ubicaciones estratégicas, menor necesidad de mantenimiento y, en muchos casos, amenities como quinchos, gimnasios o piletas, que también suman atractivo y repercuten en la tasación.
Antigüedad y estado de conservación
El paso del tiempo afecta de manera distinta a una casa y a un departamento. En una vivienda particular, el estado de techos, cañerías, instalaciones eléctricas y materiales de construcción es evaluado con lupa. Una casa antigua, si está bien conservada y en un barrio buscado, puede tener un valor muy competitivo. Los departamentos, por su parte, dependen en gran medida de la calidad constructiva del edificio y del estado de los espacios comunes. Una torre moderna, con ascensores nuevos y mantenimiento al día, puede tasarse por encima de unidades similares en edificios más antiguos y sin refacciones.
Gastos y proyección
Los costos fijos también influyen en la percepción de valor. Una casa no suele tener expensas, pero puede implicar mayores gastos de mantenimiento (jardín, fachada, reparaciones estructurales). Los departamentos, en cambio, trasladan parte de esos costos a las expensas, que varían según los servicios que ofrezca el edificio. Este aspecto es clave, ya que muchos compradores no solo miran el valor inicial, sino también los gastos mensuales que deberán afrontar a futuro.
La mirada del mercado
Finalmente, no se puede dejar de lado la tendencia del mercado. En ciertas etapas económicas, la demanda se inclina más hacia departamentos pequeños, sobre todo por su accesibilidad. En otros momentos, el auge está en las casas, especialmente en zonas residenciales que ofrecen mayor calidad de vida. La tasación siempre toma en cuenta este pulso de la demanda, ya que un inmueble puede tener un valor técnico determinado, pero será el interés real de los compradores lo que defina su precio final.
La tasación de una propiedad, ya sea una casa o un departamento, es un proceso integral donde cada detalle cuenta. Desde la ubicación hasta el estado de conservación, pasando por la funcionalidad de los espacios y los gastos asociados, todo influye en la cifra final. Comprender estas diferencias no solo ayuda a quienes buscan vender, sino que brinda herramientas valiosas a quienes desean comprar con mayor seguridad.
En definitiva, más allá de los números, lo importante es reconocer que cada inmueble tiene una identidad propia, y que esa identidad será la que, en última instancia, defina su verdadero valor en el mercado.